La Tormenta

Ayer, con la tormenta, me acordé de otra tormenta, hace varios meses, en la que experimenté un acontecimiento de características casi sobrenaturales.

Estaba en casa tranquilo, supongamos mirando tele o tocando la guitarra, (era de noche y la tormenta recién empezaba), cuando de repente se vienen abajo los dos estantes donde descansaban todos, todos mis discos. La imagen es apocalíptica: cientos de cd´s esparcidos por el piso, con las cajitas rotas; un garrón.

Me agarra tal depresión, que decido no levantar ni siquiera uno. Mejor irme. Agarro las llaves del auto y me voy a lo de mis viejos. Paso la noche ahí.
Al otro día vuelvo a casa, y ahora viene lo extraño: cuando llego veo que en el exacto lugar donde hubiera estado mi auto si yo no lo sacaba para huir de la catástrofe discográfica, un árbol enorme, derribado por la tormenta, había partido en dos al pobre auto que estacionó en mi lugar.

Hipótesis: alguien o algo tiró mis estantes para hacerme salir de ahí esa noche?

Hipótesis ampliada: El antiguo propietario de mi casa parece que era Vicente Francella, tío de el Francella que todos conocemos. Dicen los vecinos que era un viejo divino, pintor, bien personaje, así que supongo que fue Vicente ese alguien o algo que quiso hacerme salir de ahí, para hacerme el favorcillo de salvarme el auto… si fué así: gracias Vicente!

Musicalizo la anécdota con esta canción de Brassens, traducida por el gran Javier Krahe.