lunes, 8 de noviembre de 2010

Nacho y Los Caracoles: disco del mes en Club del Disco


El año pasado viajamos otra vez a Carilo, para hacer, otra vez, un disco de Caracoles. Con el Negri vago de operador técnico, afiebrado e incansable. Dos o tres días de música, playa y hermandad.
Después de eso vino el disco vago, el de Campos Magnéticos, el que le produje a Sofi Quiroga (aún en el horno), y el vol4 de la big band (también aún en mezcla) y con los meses me fuí olvidando de ese discazo caracol que habíamos hecho, y que ahora sale a la luz.
Tardó en llegar, como corresponde a todo buen caracol, pero aquí está. Se llama, igual que el anterior: Nacho y los Caracoles. Lo pueden distinguir por la tapa, que esta vez es una garrafa dibujada sobre un fondo blanco.

Salió elegido como disco del mes de noviembre en Club del Disco, que regala a sus suscriptores un disco distinto cada mes.

Esta es la nota que acompaña el lanzamiento:
(o si lo quieren ver directamente desde la página del club, clickeen http://www.clubdeldisco.com/resena/302_nacho-y-los-caracoles_nacho-y-los-caracoles )


Presentamos el segundo disco del proyecto solista de Nacho Rodríguez (creador de Onda Vaga, y ex Doris), que con Los Caracoles nos ofrece una sutil dosis de canciones para pasar el verano...

Nacho y Los Caracoles tiene ahora dos discos con el nombre del trío que conforman Nacho Rodríguez (voz, cuatro y guitarra criolla), Jano Seitún (contrabajo, violoncello y voz), y Facundo Flores (percusión, xilofono y voces), y una vez más presenta un conjunto de canciones simples y pegadizas, sin sofisticación alguna, emotivas y frescas a la vez.
Con un sonido acústico, que por momentos no se ajusta a una afinación perfecta, y sin ningún retoque, sobregrabaciones, ni arreglos de mayor envergadura; el poder de esta pequeña gran obra radica en el encanto de la canción. En el encanto de las canciones en su totalidad, pero a su vez cada una es un micromundo diferente, con distintos climas, tempo, y cierto carácter efímero. Es así todo el concepto del álbum, como algo del momento, hecho en un instante de inspiración, con lo que hay, y quedó así. Entonces nos encontramos con una presentación gráfica minimalista, muy escueta y limpia que trae 9 temas -autoría en su mayor parte de Nacho-, que se desenvuelven ligeramente, con su propio peso pasan pronto, dejando una suerte de espacio libre, un aire de nada, de hacer nada... de solo ser y estar; escuchar sin el sentido. Pero atención, que no es fácil lograr un efecto tan contundente, con algo que pareciera ser tan minúsculo. El poder yace aquí en la magia de la canción, en su encantamiento y ¡ya! Por eso y más es que elegimos este disco para que nos acompañe en el verano, como una brisa suave y fresca, pero avalados por el talento de Nacho Rodríguez para concebir pequeñas piezas musicales, melódicas y accesibles, que se transforman en sortilegios sin mayores riesgos. Ya está demostrado que ese misterioso don del cantautor tiene mucho alcance, sólo basta ver el éxito de las canciones de Onda Vaga (muchas son suyas), o que de su disco anterior muchos cantan temas en cualquier lugar del mundo (Moreno Veloso incluyó en su repertorio una canción de Nacho Rodríguez).
Con este disco además nos hace llegar a una paradójica conclusión en términos de “producción musical industrial”, ya que si bien la mayoría de las canciones que escuchamos por la radio, todo ese pop global y homogéneo superproducido con todas las mejores herramientas tecnológicas, necesita encima de toda una parafernalia de promoción y repetición para imponerse en el medio; en este caso sólo basta con dejarse llevar al ritmo del caracol y disfrutar sin prejuicios una musicalidad sin maquillajes, como en la vereda de enfrente a lo antes descripto, aquí descubrimos con gusto, lo espontáneo y natural en su máxima expresión.
Nacho es autor, cantante y productor, e integra la ya no tan nueva oleada de músicos treintañeros que dan vida al amplio mosaico de la nueva canción popular argentina (sólo por nombrar algunos de los que vienen cantando cada vez con más voz por todo el país: Lisandro Aristimuño, Pablo Dacal, Lucas Martí, Tomy Lebrero, Seba Ibarra, Lucio Mantel, Juanito el Cantor, Cecilia Zabala y Gabo Ferro, entre otros). Nacho y Los Caracoles suena como el canto de un pájaro, al cual parece que no le prestamos toda la atención, pero sin embargo su música está en el aire, él lo hace una y otra vez, siempre igual y distinto, cantando simple y libremente, para quien lo quiera escuchar.

2 comentarios:

  1. Groso!!
    el adelanto pinta lindo
    y comparto el análisis general del Club del disco.
    Entre tanta cosa prefabricada, embasada y precocida, escuchar algo fresco, espontáneo, te puede cambiar el día, y hasta la vida.
    El rock está muerto.
    Kimya Dawson es el futuro y sin duda por estos pagos lo son ustedes.
    Salud!
    Culp.

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